Nacida el 4 de mayo de 1929 en Bruselas (Bélgica), tuvo que soportar cómo su padre se alejaba de ella y de su madre para irse con otra mujer, hecho que le marcó por siempre. Desde joven fue una persona bondadosa, ayudando en la segunda guerra mundial (en donde perdió a un hermano) a quienes les era necesario mientras se refugiaba con su madre en su hogar. Después de instalarse en Inglaterra, su profesora de danza le dice que le será imposible llegar a conseguir fama; estaba claro que ignoraba quién llegaría a ser Audrey y que unos años más tarde conseguiría el papel de actriz para 'Vacaciones en Roma', ganando un óscar como mejor actriz. Conoció a Mel Ferrer, su primer marido, actor. Audrey era una muchacha que siempre repetía que tenía mucho amor que dar y que recibir, por lo que disfrutó enormemente cuando recibió la noticia de que estaba embarazada, acompañado de una enorme tristeza cuando se enteró de que había sufrido un aborto natural, hecho que le volvió a suceder cuatro veces más e incluso teniendo un parto en el que su bebé había nacido muerto. Al fin consigue tener un hijo, en 1960.
Aunque luchó por sacar su matrimonio a flote, los celos de su marido por la carrera artística de Audrey y los inmensos rumores que habían acerca de que otras mujeres rondaban en la vida de Mel hicieron que la pareja se divorciase.
Su carrera cinematográfica estaba llena de subidas y bajadas, pero nadie puede decir que las interpretaciones que hacía Audrey en todas y cada una de sus películas estaban por debajo de la palabra 'excelente'.
Al poco tiempo después de divorciarse de su marido tuvo una nueva pareja, que aunque no tuvo buen paraje le dio a Audrey un nuevo hijo, unas nuevas ganas de vivir.
Al fin conoció al que sería el hombre de su vida, el actor Bob Wolders, un hombre perfecto para ella con el que fue inmensamente feliz.
Audrey, aunque no religiosa, era una mujer que respetaba inmensamente cada estilo de vida y tenía un afán increíble por ayudar a los más necesitados. Viajó por muchos países tercermundistas en los que ayudó a los niños y pudo ver con sus propios ojos la pobreza, la necesidad y la desesperación. No resulta extraño que fuese nombrada embajadora de UNICEF. En su tercer viaje a Somalia no sólo vio el malestar a su alrededor, sino también en sí misma, detectándosele un cáncer de colon por el que murió a los 63 años de edad.
Como vemos, Audrey no sólo fue una gran artista, sino también una excelente persona.
Frases célebres:
- ''Recordad, se necesita una mano que ayude. Ellas están en el extremo de tus brazos. Mientras nos vamos haciendo más viejos, ellas nos recuerdan que una mano es para que nos ayuden y que la otra sirve para ayudar.''
- ''Mi vida no es teorías y fórmulas, es instinto y sentido común.''
- ''Si obedeces todas las reglas, falta toda la diversión.''
- ''Si soy honesta debo decir que todavía leo cuentos de hadas y son los que más me gustan''
- ''Lo único que deseo es un cuarto en alguna parte, lejos del aire frío de la noche. Con una silla enorme, chocolate y una estufa a leña.''
- ''Nací con una necesidad enorme de afecto y una necesidad terrible de darlo.''
- ''Haz en la medida de lo que esperas conseguir.''
- ''Puedes conocer mejor a una persona por lo que dice de los demás que por lo que los demás dicen de ella.''
- ''Me gusta la gente que me hace reír. Sinceramente, creo que reír es la cosa que más me gusta. Cura una multitud de males y es probablemente la cosa más importante de una persona.''
